Perseguidera Dmente

martes, 15 de febrero de 2011

Hemodinámia Latinoamericana

Mucha agua ha pasado bajo los puentes de nuestro continente, desde la publicación del libro “Las venas abiertas de América Latina”.
Somos una tierra de crueles contradicciones: inmensamente ricos y dolorosamente pobres, sumisos y rebeldes, aguerridos y cobardes; guardamos el silencio cómplice tras el canto a todo pulmón, con el pecho abierto y un pasamontañas en el bolsillo; somos una virgen de piel oscura que va descalza, ultrajada y sonreída, con un nudo en la garganta y un niño tomado de la mano.
39 años después de haber visto la luz este libro, las denuncias de explotación desmedida de recursos naturales y humanos, acuerdos en condiciones desfavorables, intervencionismo descarado, reclamos seudo imperiales y extemporáneos de territorio, sin dejar de lado gobiernos corruptos y boicots a nosotros mismos, nos mantienen todavía, como describía Colón en su diario: “tomando las espadas de los conquistadores por el filo, con inocencia e ignorancia”.
Hagamos pues, un vuelo rasante sobre el pasado inmediato, el presente y las esperanzas para el futuro de nuestro pedazo de la Pacha Mama, a fin de saber si los temas tocados por el señor Galeano siguen vigentes.   
Nuestra historia reciente es un catálogo de la convulsión que hemos vivido: gobiernos populistas y paternalistas, encarnados en figuras como Lázaro Cárdenas, Juan Domingo Perón o Rómulo Betancourt; el triunfo de la revolución cubana, el movimiento guerrillero, las dictaduras militares (graduadas Summa Cum Laude en terror, desapariciones y tortura en la Escuela de las Américas), represiones brutales como la masacre de Tlatelolco en México o el fortalecimiento de la mafia de la droga, que adquirió un poder paralelo al del estado.
 Siempre tenemos mártires para todos los sustos: Orlando Letelier, Oscar Arnulfo Romero, Chico Méndes… El asesinato del periodista Pedro Joaquín Chamorro, ordenado por el gobierno de Somoza por denunciar el desvío de fondos de ayuda, fue el detonante de una insurrección que sólo se detuvo con el triunfo de la revolución sandinista.
Los gobiernos neoliberales de Salinas de Gortari (Méx), Sánchez de Lozada (Bol), Fujimori (Per), Carlos A. Pérez (Vzla), Collor de Mello (Bra), entre otros, obedeciendo medidas dictadas desde el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio y el Banco Mundial en los años 90, causaron profundas crisis económicas que produjeron revueltas populares como el Caracazo, la guerra del gas o el grito de indignación de muchos argentinos, que luego corearía casi todo el continente: ¡que se vayan todos!
Se nos quedan muchos hechos y áreas por fuera, algunos más importantes que otros, pero la muestra es vergonzosamente representativa. En este momento, la ecología está de moda: ahora son verdes hasta los asesinos del planeta.
En conclusión, ésta es la cuestión...
Lamentablemente lo narrado en este libro no sólo tiene vigencia sino que, dada nuestra corta memoria, tiene utilidad. La utilidad una cicatriz que nos recuerda al verla, que el pasado ha sido recurrente. En palabras del mismo Galeano: “Ojalá fuera un libro derrotado por la historia. La realidad que le dio origen sigue siendo bastante parecida a la actualidad.”
¿Estamos como estamos porque no somos competitivos, rentables, eficientes? ¿Es la pobreza el castigo que la ineficiencia merece? ¿O es el resultado de la injusticia? ¿Son estos conceptos un caballo de Troya del capitalismo? ¿O es la excusa del comunismo? ¿Le seguimos dando vuelta a tanta incertidumbre o nos sacamos la venda? 
Sí, es urgente un examen de conciencia.
Ignacio Ellacuria sostuvo que la liberación de nuestros pueblos implica “el fortalecimiento de identidades colectivas con un rescate profundo de la memoria histórica y el fortalecimiento del control de los pueblos sobre sus propios destinos”. ¿Misión imposible? No lo creemos.
Unirse, por ejemplo, ha resultado una tarea difícil, complicada. Pese a que es obvio, hemos tenido que convencernos a nosotros mismos de que en la unión está la fuerza. Como en todo proceso social, el paso es lento y tomara su tiempo aprender a caminar juntos y fuertes.
Hoy, sin embargo, estamos más cerca de consolidar el sublime ideal de Miranda, San Martín, Bolívar y tantas otras voces, públicas y anónimas, pasadas y presentes: estrechar los lazos que nos unen para formar eso que tantos desean y otros temen: la gran patria latinoamericana.
Hay tantos intereses en juego... y nosotros en medio.

Este ensayo lo escribí como tarea para la Universidad, habiendo leído el libro y basándome en una pregunta: ¿Siguen vigentes las denuncias hechas en Las venas abiertas de América Latina? 
Nada tengo que decir del autor que no se haya dicho ya. Mis humildes halagos se quedarían  descalzos ante su pluma. Le admiro. 

De su genialidad, rescato una definición de su Diccionario del Nuevo Orden Mundial: 
Mundo, mapa del: un mar de dos orillas. Al Norte, pocos con mucho. Al Sur, muchos con poco. El este que ha logrado dejar de ser Este, quiere ser Norte, pero a la entrada del Paraíso un cartel dice: Completo.