Perseguidera Dmente

martes, 28 de agosto de 2012

Despierten Caracoles..!

La noticia de la muerte de Neil Armstrong, me agarró en medio de una de esas sabrosas conversas sabatinas con mamá, quién acotó que fue Renny Ottolina quien produjo la primera transmisión vía satélite para Venezuela: la llegada del hombre a la luna.

Me picó la curiosidad y me puse a leer:
"Fue esta planta televisiva (RCTV) la que, un año antes del hecho, decidió adquirir una estación terrena en Estados Unidos, para así tener acceso en directo a las imágenes que serían captadas por la Nasa y, posteriormente, transmitirlas al país.
Sin embargo, RCTV olvidó un detalle: las tomas de la Luna llegarían por medio de la señal de CANTV, empresa estatal que pidió a cambio que el material audiovisual fuese cedido a la Televisora Nacional Canal 5, también del Estado.
La solicitud causó revuelo pero RCTV no tuvo alternativa. Aceptó el trato y así se conformó un equipo periodístico con personalidades de ambos medios, entre quienes se contaban Renny Ottolina, Oscar Martínez y el mismo (Oscar) Yánez."* 

El audio que acompaña a este breve comentario pertenece al programa Venezuela despierta con Renny Ottolina por Radio Capital. No tiene nada que ver con el alunizaje, más yo suscribo hasta las veces que pestañeó... El contenido es pertinente hoy,  más que nunca. A ver si nos baja de la Luna y nos hace reflexionar:


Este valenciano de oro es mi personalidad venezolana favorita de TV de todos los tiempos. Es un sí categórico: le gana a Amador Bendayán por un cuerpo entero!

*Tomado del artículo Espectadores de la llegada del hombre a la Luna, publicado por El Nacional, en Julio de 2009 por Lorena Meléndez, Marynés Castillo, Juan Carlo Rodríguez y Lisbeth Piñeros. Puede leerse completo en: http://www.el-nacional.com/www/site/p_contenido.php?q=nodo/90305/CienciayBienestar/Expectadores%20de%20la%20llegada%20del%20hombre%20a%20la%20Luna

jueves, 12 de julio de 2012

Sólo por un momento, detente y considera:


  • Que aquellos a los cuales arrollas y utilizas, mañana te esperan a la vuelta de la esquina (u otros, eso es lo de menos) para hacerte exactamente lo mismo que tú, creyéndote superior e impune, haces hoy.
  • Que las prácticas deshonestas, burlas, humillaciones y desmanes se te devolverán con total seguridad.
  • Puede que no creas en Dios, porque la ciencia no alcanza a medirle ni escrutarle (ni se acerca a explicarle), pero Él existe y Su ojo todo lo ve. Su justicia no hay cómo comprarla: se gana. Ahora, trata de hacer un balance. Quizás tu saldo este en negativo.
  • No deberías fingir bondad y esperar aplausos y reconocimientos por las acciones generosas hechas, impulsado por intereses mezquinos y turbios, Él ve en tu corazón y sabe tus verdaderas intenciones: las veces que hiciste bien sin esperar nada a cambio y las que no. Y ambas pesan.
  • Tu ego es un gran estorbo para tu evolución espiritual. Combátelo: es la voz interna que te susurra que eres mejor que los demás, cuando, en realidad, deberías intentar ser un mejor tú cada día.
Finalmente, te deseo que logres acometer esta tarea y conquistarte a ti mismo. La equidad está garantizada. Sólo si te esfuerzas, podrás cambiar el desenlace.

PD: Esta nota va dirigida a todos... y a nadie en particular.

sábado, 30 de junio de 2012

CARAIVANA / Cabaceira mon amour



Buenos? No... Excepcionales!

domingo, 17 de junio de 2012

Pacíficamente, escucho música

Me encantan estos noruegos: The Kings of Convenience. Helos aquí con Misread. 


martes, 8 de mayo de 2012

Top 10 ‘apps’ para periodistas y ciudadanos con vocación


N
o aparecen en los artículos sobre novedades tecnológicas ni las vas a encontrar en ninguna de las populares ‘stores’ que proliferan por la Red. No puedes comprarlas ni descargártelas y adquirirlas requieren de bastante más esfuerzo y voluntad que la simple introducción de un usuario y contraseña. Pero tienen la ventaja de ser compatibles con cualquier dispositivo analógico o digital, de correr sobre cualquier software, de entenderse en cualquier idioma y, sobre todo, de poder difundirlas y compartirlas con quien quieras. Éstas son mis 10 ‘aplicaciones’ prácticas indispensables para un buen ejercicio del periodismo y, en general, de la comunicación:

Curiosidad
Lo bueno de los periodistas, de los periodistas a secas, es que se interesan por todo, se enamoran de todo, se arrebatan por todo y para todo. [...] ¿Qué es común a todo ellos? Te lo repito, hermano, la curiosidad, la maldita curiosidad por saber lo que hay detrás de las puertas, debajo de las alfombras, dentro de los cajones o en el interior de las camas”.

Rigor
2. Rigor
Se entiende entonces que para lograr una información clara, veraz, de calidad es necesario ser riguroso en lo que se hace y lo que se dice, teniendo en cuenta el rigor como la búsqueda en extremo de toda la información, con vehemencia, propiedad y precisión sobre el tema. Partiendo de la inflexibilidad de que es objeto la verdad de la noticia”.
Pasión
3. Pasión (PDF)
El periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente”.
Compromiso
Contar la verdad en el siglo XXI es un auténtico reto. El periodismo está olvidando su compromiso y responsabilidad social y colabora eficazmente en el empobrecimiento cultural y la dejación de valores, dejando de servir a la sociedad para servirse de ella”.
Investigación
Hacer periodismo es investigar cosas, no lo entiendo de otra manera. Obviamente respeto a los que trabajan de otro modo, pero hacer periodismo es preguntar, indagar, buscar documentación, encontrar los vericuetos para encontrar la información”.
Contraste
Ahora más que antes es relevante que los periodistas realmente tomen el peso de la profesión y dediquen el tiempo y metodología necesaria en revisar, confirmar y contrastar un hecho para ser publicado de manera tal que las audiencias puedan formar su propia impresión. Cierto, el tiempo apremia, pero como dice la canción “como dijo el arriero no hay que llegar primero, sino saber llegar”.
Documentación
7. Documentación (PDF)
El conocimiento de las técnicas documentales ha dejado de ser un terreno exclusivo del documentalista o experto en Documentación para convertirse en una de las herramientas más eficaces del profesional de la Información y de la Comunicación. No parece tener ya cabida alguna en nuestra llamada «sociedad de la información» el profesional mal documentado (indocumentado) y desconocedor de las vías por las que circulan y se accede a los conocimientos. En un mundo donde prima la especialización, el periodista indocumentado es visto hoy día como una persona no suficientemente preparada para afrontar con eficacia su trabajo periodístico y, por ende, ser útil a los ojos de su medio de comunicación”.
Rectificación
La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó, en julio de 1993, la Resolución 1.003 sobre Ética del Periodismo. Es uno de los documentos más completos sobre deontología profesional periodística y tiene un carácter vinculante, sobre todo, a consecuencia del Organismo que lo promulga (…).

Deberes (…)
3. El deber de rectificar aquellas informaciones que sean falsas o erróneas”.
Reciclaje
Hay futuro, pero no cualquier futuro y no para cualquier periodismo. Hay futuro para un periodismo que sepa reinventarse, que sepa encontrar nuevas formas de canalizar el contenido, respondiendo a las nuevas demandas de los usuarios”.
Conversación
El periodismo es una conversación“, dice Gillmor (…) y reclama la irrupción del público como una oportunidad para los periodistas, que deben participar y animar el diálogo. La interactividad se convierte en un elemento esencial de la información. El mensaje informativo no está acabado hasta tener la respuesta del público, que ayuda a mejorar las noticias y a modelar el criterio periodístico. Los informadores ya no pueden ser sordos a las voces del público, porque a través de internet y de las comunidades virtuales se juegan su prestigio y su capacidad de influir y mantener su voz en las conversaciones informativas”.
Añádele a todo eso unos buenos plugins de transparencia y humildad, y luego ya utiliza las herramientas que mejor te parezcan ;)

viernes, 27 de enero de 2012

El horror nazi plasmado en una obra terrible y monumental

Hay quien jura por su madre que esto nunca pasó, que es un invento de los medios y que detrás están los judíos, que han hecho una apología de una gran farsa.


Vasili Grossman.

'El libro negro', de Vasili Grossman e Ilyá Ehrenburg

El horror nazi plasmado en una obra terrible y monumental

Redacción, 27 de enero de 2012 a las 15:49
Vetada su publicación por Stalin y convertido en secreto manuscrito, El libro negro(Galaxia Gutenberg) ha llegado a nosotros como llegan los milagros, como aflora siempre la verdad.
Cuando el 22 de junio de 1941 el ejército alemán cruzó la frontera de la Unión Soviética dio comienzo uno de los más espeluznantes episodios de la Segunda Guerra Mundial.
Conocemos las célebres batallas y hemos visto la bandera del Ejército Rojo levantándose sobre el Reichstag.
Menos se ha escrito sobre una realidad atroz. A saber, que la tierra conquistada fue el escenario de una práctica de exterminio de diversos pueblos, y muy principalmente del pueblo judío, que se cobró la vida de millones de inocentes.
Las masacres o los campos de concentración levantados con la misma prisa con la que se administraba la muerte, no eran una mera consecuencia de la guerra. Bien al contrario, el exterminio era su razón de ser. El ejército alemán actuaba de acuerdo a un plan sistemático diseñado en Berlín y nacido en la pragmática racista del Tercer Reich.
Vasili Grossman e Ilyá Ehrenburg compilaron los testimonios de los supervivientes para que el mundo conociera la insondable magnitud del horror.
Cientos de testimonios llegados a sus manos o recogidos por medio de entrevistas a las víctimas sirvieron para erigir un monumento hecho de sangre y heroísmo, el de quienes padecieron el encierro en los guetos y tomaron el camino de la ejecución; el de los pocos que se atrevieron a desafiar a los verdugos.
Esta obra ha contado con el apoyo económico de dos familias que cuentan entre sus miembros con sobrevivientes del Holocausto, Altaras-Apeloig y Apeloig-Schloser.
Bráilov, mi patria chica (fragmento de El libro negro)
Una gélida noche de febrero los hombres de la Gestapo y los policías rodearon Bráilov. La masacre comenzó antes del alba. Según uno de los policías al que interrogué personalmente, apenas se trataba de la primera Aktion. Cada uno de los agentes recibió la orden de desalojar dos o tres apartamentos habitados por judíos y conducirlos hasta el punto de reunión establecido en la Plaza del mercado de Bráilov. En caso de encontrarse con alguien que no fuera capaz de andar por su cuenta o que se negara a hacerlo, debían matarlo allí mismo, si bien cuidándose de no hacer mucho ruido. Las armas a utilizar eran las bayonetas, las culatas de los fusiles y los puñales.
Los culatazos dados a la puerta de casa despertaron a mi padre a las seis de la mañana. Dos policías irrumpieron de pronto en la habitación.
-¡Todos fuera! ¡A la plaza! ¡Deprisa!
-Mi mujer está enferma -explicó mi padre-. No puede levantarse de la cama.
-Ya decidiremos nosotros quién puede o no puede levantarse -replicó uno de los policías.
Mi padre fue sacado de casa a culatazos. Mientras mi hermana Roza se vestía apresuradamente alcanzó a ver que uno de los policías avanzaba hacia mi madre empuñando un puñal. Mi hermana hizo ademán de correr en socorro de nuestra madre, pero una lluvia de culatazos cayó sobre su cabeza y la empujó hacia la calle descalza y a medio vestir. Roza cayó al suelo; mi padre consiguió levantarla a duras penas y la ayudó a llegar hasta el punto de reunión, ubicado frente a la iglesia que se alza en la Plaza del mercado.
Era hacia allí que conducían a los judíos de Bráilov. Mas no a todos. A muchos los mataron en sus propias casas, como a mi madre. La familia Bakaléinik tampoco llegó al punto de reunión. Un policía los asesinó a todos con una sola ráfaga de ametralladora. Los obligó a formar una hilera frente a la casa, los hizo caer a todos, y así ganó una apuesta que había hecho con otro policía.
Después de hora y media verificando sus listas, los alemanes anunciaron que trescientas personas permanecerían en la ciudad -fundamentalmente, sastres, zapateros, palafreneros y sus familias- para brindar servicio al ejército alemán, mientras que los demás serían fusilados. La enorme procesión de los condenados se puso en camino severamente guardada por los convoyes que la acompañaban. A mi padre y a mi hermana les tocó marchar a la cabeza de la columna. Los seguía Oskar Shmarián, un joven de dieciséis años, pariente nuestro, que había venido desde Kiev a pasar las vacaciones en Bráilov. Cuando llegó a la altura de la farmacia, la columna se detuvo de pronto. El jefe de la policía recordó que había olvidado convocar a Iosif Shwartz, quien vivía a las afueras de Bráilov, junto al cementerio ortodoxo. Enviaron a un policía a buscarlo. Apenas unos minutos más tarde llegaron Schwartz y su mujer. Les correspondió a ellos encabezar la fúnebre marcha durante aquel último tramo.
La multitud avanzaba en silencio. Todos iban concentrados en sus propios pensamientos, observaban por última vez el paisaje natal, se despedían de él, decían adiós a la vida. Y de pronto se escuchó una canción alzándose sobre la columna. Una voz joven y aguda entonó una canción sobre las bondades de la patria, la vastedad de sus tierras, la belleza de sus bosques, sus ríos y sus mares, la pureza de su aire tan grato a los pulmones. Era mi hermana Roza quien cantaba.
He interrogado a muchos testigos y verificado una y otra vez que todo sucedió así en realidad. Mis pesquisas, profundas y escrupulosas, me han permitido establecer que la escena fue tal y como aquí la describo. Antes mi hermana nunca había dado muestras de que le gustara cantar. Aquella horrible mañana había pasado dos horas descalza y a medio vestir bajo un frío inclemente. En aquella etapa de la marcha sus pies estaban helados. Me pregunto qué la movió a cantar. Y, sobre todo, de dónde extrajo las fuerzas para realizar aquel último acto de veras heroico.
Un policía le ordenó callar, pero mi hermana continuó cantando como si no lo hubiera escuchado. Se escucharon dos disparos. Mi padre levantó del suelo el cadáver de su única hija y llevó aquella preciosa y sagrada carga durante el kilómetro y medio que aún le quedaba por recorrer hasta el lugar de la ejecución.
Cuando la columna de condenados llegó a la fosa abierta, se le ordenó al primer grupo que se desvistiera y colocara la ropa en el lugar señalado para ello. Después, se les ordenó tumbarse en el fondo de la fosa. Mi padre colocó con cuidado el cuerpo de mi hermana en la fosa y comenzó a desvestirse. Una docena de carretas llegaron desde el pueblo para transportar la ropa a los almacenes de la policía. En ese instante se produjo un incidente junto a la fosa. La joven Liza Perkel se negó a desvestirse y exigió que la fusilaran vestida. Los verdugos se abalanzaron sobre ella: le propinaron culatazos, hincaron las bayonetas en su cuerpo. Liza consiguió agarrar del cuello a un hombre de la Gestapo y cuando este intentó apartarla le clavó los dientes en una mano. El alemán pegó un grito y sus compinches acudieron a socorrerlo. Eran numerosos y todos estaban armados hasta los dientes, pero la joven no se rindió.
Al intentar arrancarle el vestido, los verdugos la echaron a tierra. Por un instante, Liza consiguió liberar una pierna y pegó una patada en la cara con todas sus fuerzas a otro hombre de la Gestapo. Entonces el comandante Kraft decidió poner «orden» en persona: se acercó mientras repartía órdenes. Liza se levantó del suelo a duras penas. Le sangraba la boca; su vestido estaba hecho jirones. Haciendo gala de un increíble aplomo, esperó a que el comandante llegara ante ella y le lanzó un escupitajo a la cara.
Se escucharon varios disparos. Liza Perkel murió de pie. Esperó la muerte luchando. ¿Qué resistencia podía ofrecer una joven desarmada a toda una multitud de verdugos? ¡Y aun así los alemanes no consiguieron doblegarla! [Pudo cumplir su último deseo: los alemanes fueron incapaces de someterla. Podían matarla -armas les sobraban para hacerlo-, pero doblegar su voluntad, hacerla renunciar a su dignidad y privarla de su honor era algo que no estaba en sus manos hacer.]
Mi padre decidió aprovechar el momento de distracción del comandante, los policías y los hombres de la Gestapo y al percatarse de la presencia allí de una campesina a la que había curado alguna vez, le dijo en un susurro: «Gorpina, esconda a este niño» y empujó a Oskar Shmarián hacia el montón de ropa. La campesina lo cubrió rápidamente con un abrigo y lo cargó en una de las carretas en las que se llevaban la ropa.
El niño permaneció unos quince minutos oculto bajo la maraña de abrigos hasta que la carreta se puso en marcha alejándose del lugar de la ejecución. La campesina escondió al niño durante unos días y lo proveyó de ropa. Muy pronto Oskar se enroló en un destacamento de partisanos. Oskar vive aún y fue de sus labios que escuché los pormenores de la muerte de mi familia: llegó a ver el instante en que murió mi padre. En el último instante de su vida, mi padre consiguió hacer lo que creyó justo y necesario: salvó a un vengador más, a un joven que luchó implacablemente para salvar a nuestro pueblo del fascismo.