Perseguidera Dmente

martes, 31 de agosto de 2010

El hilo de Ariadna


Mi nombre es de origen griego y significa la que está llena de vida. En mi caso, lo llevo en honor a la hermana menor de papá, quien murió muy joven justo el día de su boda, por una arepa envenenada enviada por la celosa y pertubada ex de su futuro esposo. Insólito? Si. Pavoso? No lo creo. Sólo que así fue: la vida superando a la ficción, al alcance del brazo.
Para mí, la vida es el invaluable bien supremo, el regalo mayor, la oportunidad inédita, llena de posibilidades... 
Una persona que conocí hace muchos años ya y que ganó mi aprecio por su calidad humana, Germán Parada, un excelente profesional de la comunicación, escribió hace un ratico lo siguiente: "Vivir está por arriba de cualquier cosa, jamás jugaría con eso, mucho menos si tengo posibilidades de morir. 1 millón de riesgos contra mi única inversión, no es negocio".
A raíz de la muerte anoche del agricultor Franklín Brito, producto de las complicaciones de una prolongada huelga de hambre, iniciada para que se rectificara una medida tomada por el gobierno en contra de sus tierras, estas líneas de Germán llaman a reflexionar: si bien su deseo era presionar para la rectificación de tal medida, al ejercerla con determinación hasta sus últimas consecuencias, con la repercusión que tendrá, siendo jalonado por unos y otros, siendo utilizado o atacado a conveniencia, uno se pone a pensar: ¿había que llegar a esto? ¿Era realmente necesario que se sometiera no sólo él, sino toda su familia, al escarnio público por un desacuerdo legal con el gobierno? ¿Es la agonía una trinchera de batalla lógica? ¿Es la vida una herramienta de presión válida, una mercancía de intercambio? ¿Cuál es la razón primigenia del problema? Legalmente hablando, ¿quién tenía la razón? ¿Fue una guerra de pulsadas que el gobierno no quiso perder a rajatabla y cuyo costo no sólo es una vida humana, sino toda la manipulación de la que fue objeto esta causa desde el principio? ¿Es un paladín de la dignidad en la lucha por la propiedad privada? ¿No saben que el proceso socialista que vivimos es un paso previo al comunismo, donde los medios de producción pertenecen al estado, quien los distribuye a la gente "según su necesidad y capacidades"? ¿Está la sociedad venezolana lista para vivir de esa manera? ¿Hemos logrado, con nuestros pros y contras idiosincráticos, nuestro temperamento particular, desarrollar, internalizar siquiera, la idea?
La BBC tiene una versión de los hechos que señalan un posible origen de todo esto y que, de demostrarse su veracidad, es cuando menos, tan o más insólito que la historia de la tía Zoila; vean el siguiente link: http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2010/08/100830_0233_venezuela_brito_muere_ao.shtml
Cuando estudiábamos las 7 principales teorías de la sociedad en la universidad, siempre me pareció que a todas les faltaba algo, que casi todas esas teorías tenían algo positivo que aportar, que no estaban completas, que unas habían sido estructuradas en tiempos muy convulsos y por ende, eran radicales, pero que aplicándolas en el contexto actual, tampoco darían los resultados prometidos, porque el mundo había cambiado y pese a que la desigualdad social era grande y desoladora, el método de explotación era distinto y por ende, las armas para combatirlo debían ser diferentes también. Bromeábamos con que habría que meterlas todas en una licuadora y colándolas, quizás era posible sacar algo de mejor aplicación práctica.
Así como creo en Dios, pero no en sus páginas web (las diferentes iglesias) por parecerme un locus de control para sus propios y no muy claros fines, así puedo creer en una sociedad perfectible, pero siempre dudo de sus partidos políticos, por las mismas razones que hay que cambiar un pañal a un bebé con frecuencia.
Los políticos están en campaña electoral. Ante nosotros se abre un abanico de selección representativa. Participa. Pero no te dejes llevar a ciegas. Haz que sea un voto consciente. Vota por la capacidad de quien te representará. Haz que el tiempo invertido en la cola cuente, porque después ellos serán los que hagan propuestas y las discutan... los que digan sí o no en tu nombre. Con tu permiso... o sin el.

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