Perseguidera Dmente

lunes, 2 de noviembre de 2009

¿Quieres que te cuente el Cuento del Gallo Pelón?


Siempre me ha apasionado la Historia. Claro que cuando estaba en la secundaria, no le veía el menor sentido práctico a ocupar espacio en mi memoria con fechas de batallas, cuando debía aprenderme el último paso de baile...
Con el pasar de los años veo al respecto medias tintas con aroma a lugares comunes o verdades relativas: que si insistir en recordar el pasado y traerlo al presente no es un modo de avanzar... Que si la cultura que no es capaz de recordar su pasado y aprender de el, está condenada a desaparecer... Pero eso, sí: recordar y avanzar, puesto que si traemos el pasado al presente y nos quedamos allí, también estaremos destinados a desaparecer.
Las naciones se construyen, destruyen, reconstruyen y evolucionan a través de su historia pasada.
Según una definición, la historia es un registro de los acontecimientos del pasado del hombre. Por supuesto, hay más de una manera de considerar esa historia. Por una parte, se dice que los que rehúsan aprender del pasado están condenados a repetirlo. Por otra parte, muchos aseguran que la historia es palabrería vana. Y fíjense que hay algo de verdad en ambas opiniones. Si una persona puede aprender del pasado para evitar errores y dirigir su vida de un modo prudente, la historia le ha sido de beneficio. Sin embargo, la historia puede usarse para extraviar: hace apenas una generación, los nazis usaron una versión tergiversada de la historia para tratar de fortalecer su mito acerca de la "raza superior" germánica. Esto contribuyó a la muerte de millones de personas. Para beneficiarse de la historia, uno tiene que tener una perspectiva apropiada del pasado. La pregunta del millón es entonces: ¿cómo se obtiene la dichosa perspectiva?
La importancia de la historia es que a través de ella podemos volver al pasado y comprender también nuestro presente. Ahora bien, sobre la objetividad o no de la perspectiva empleada... eso es complicado. Siempre los historiadores tienden a tener al menos simpatías u odios por algún personaje o proceso, aunque claro está existen historiadores serios que hacen el esfuerzo de ser honestos, también hay lo contrario: los que más que ser historiadores son "activistas políticos-ideológicos. Uno de los principales beneficios que trae consigo el estudio de la historia es la creación de un sujeto consciente de la época que le tocó vivir, crítico del pasado y del presente.
Yo me adhiero a la teoría de la historia inmediata. Por lo tanto, cuando lean este post, ya será historia...

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